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Investigación del CEMIT busca soluciones a la crisis de fertilidad del suelo en América Latina

Se estima que la población mundial superará los 9.000 millones en 2050. En ese sentido, alimentar al creciente número de personas, exige aumentar la producción de alimentos entre un 70% y 100%. Sin embargo, esta meta se ve comprometida por la rápida degradación de los recursos. La fertilidad del suelo está disminuyendo por malas prácticas y la pérdida de nutrientes, además de la pérdida anual de tierras por salinización.
La situación es crítica en América Latina y el Caribe, donde el suelo se trata sin reponer los nutrientes, lo que agrava la baja fertilidad. Como resultado directo de esta degradación y la falta de prácticas agrícolas avanzadas, el rendimiento promedio de granos esenciales en la región es notablemente inferior al de otros países.
Así es como el grupo de investigación BioProAVA (Bioproductos Agroalimentarios, Veterinarios y Ambientales) del Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Nacional de Asunción (CEMIT-UNA) impulsa la investigación aplicada para obtener bioproductos con valor agregado a partir de subproductos, apoyando la economía circular. Evaluamos la viabilidad y eficacia de nuevos productos basados en microorganismos, integrando biotecnología e ingeniería.
Como ejemplo, BioProAVA desarrolla una investigación en el marco del proyecto ARCAL CXCII, que busca la “Mejora de la Tolerancia al Estrés Hídrico en poroto (Vigna unguiculata) mediante Mutagénesis inducida y Bioestimulantes Microbianos”, financiado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El estudio se centra en integrar de manera estratégica dos metodologías clave para lograr un impacto agronómico positivo. Por un lado, se emplea la mutagénesis inducida, una herramienta genética fundamental para generar nuevas variaciones en las plantas y seleccionar aquellas que muestren una mejor tolerancia natural a la sequía. Paralelamente, se aplican bioestimulantes microbianos que actúan optimizando la absorción de agua y nutrientes, potenciando así el crecimiento de la planta y aumentando su capacidad de supervivencia bajo condiciones de escasez hídrica.
Esta investigación es encabezada por el Ing. Agr. Antonio Samudio, investigador del CEMIT y líder del grupo BioProAVa.
Además del CEMIT, en el proyecto participan investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias, de la Universidad Columbia, de la Universidad Católica, entre otras instituciones locales, así como instituciones internacionales como el Instituto de Pesquisas Energéticas e Nucleares de la Universidad de Sao Paulo (Brasil), y el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares de México.

Capacitación internacional
Como parte de las actividades de este proyecto, el Ing. Agr. Oscar Vega Alvarenga, investigador asociado a BioProAVA, participó del curso regional “Capacitación sobre la Aplicación de Técnicas Nucleares y Agrícolas Climáticamente Inteligentes”, desarrollado en el el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, en Ciudad de México, México, y realizado en el marco del proyecto de cooperación técnica RLA5090 “Aumento de la productividad agrícola mediante mejores prácticas agrícolas y variedades mejoradas (ARCAL CXCII)”, financiado por el OIEA.
El curso teórico-práctico se centró en la capacitación sobre prácticas agrícolas climáticamente inteligentes avanzadas con el fin de cerrar las brechas de productividad de cultivos esenciales para la seguridad alimentaria. Los objetivos específicos incluyeron el mantenimiento y mejora de la fertilidad del suelo mediante la aplicación estratégica de nutrientes y agua, el fortalecimiento de la resiliencia del suelo para optimizar la conservación de agua y nutrientes, y la selección de variedades de cultivos resilientes a factores de estrés como la sequía, salinidad y temperatura.
Además, la formación abordó el cálculo del presupuesto de nutrientes en la finca, la reducción de salinidad y acidez, el análisis de nutrientes mediante métodos avanzados, y la explicación del papel de las técnicas nucleares e isotópicas para comprender y resolver estos problemas agrícolas.
Los conocimientos adquiridos en esta capacitación constituyen aportes esenciales para la consecución de la investigación.
